Los científicos parecen coincidir en que los colores, en realidad, no existen, sino que se trata de energía luminosa que el cerebro capta e interpreta como una tonalidad. En esa percepción, un complejo proceso bioquímico se inicia en la hipófisis, el punto del cerebro que regula muchas de las hormonas que determinan nuestro estado de ánimo, como la serotonina o la adrenalina. Esa sería la explicación acerca del poder que ejercen los colores en cada una de nosotras.
Y es que el color puede expresar cómo nos sentimos, define cómo nos perciben cuantos nos rodean y, sobre todo, puede moldear nuestro estado de ánimo. Esta acción a tres niveles es posible gracias a la simbología del color, que tiene indudables raíces culturales (en Occidente el blanco es pureza mientras que en Oriente es sinónimo de luto, y al revés).
Sin embargo, más allá de las tradiciones de cada sociedad, cada uno de los colores es capaz de transmitir distintos noveles de energía, que son, sin duda, los que hacen posible esa percepción de cómo nos sentimos, tanto por nosotras mismas como por parte de los demás.
Amarillo: creatividad e inteligencia
El amarillo simboliza la riqueza, en parte por su proximidad al dorado, en parte porque simboliza el color del sol. Se asocia con la agilidad mental, la inteligencia y la creatividad, y es capaz de provocar buen humor y estados de alegría. Vestir de amarillo, aunque en algunas culturas se asocia a la mala suerte, puede ser una buena idea si necesitas concentrarte o dar una imagen alegre y risueña.
Naranja: lujo y seguridad
Los tonos anaranjados comparten muchos de los valores asociados a sus dos bases, el rojo y el amarillo, como la vitalidad y la capacidad de decisión. Representa la juventud, el verano, el lujo. Y vestir de naranja o rodearse en un ambiente con claro predominio anaranjado aumenta el optimismo, la confianza y la autoestima. A nivel físico, puede ayudar a combatir estados de cansancio.
Rojo: vitalidad y energía
Es el color más estimulante, el que más favorece la producción de adrenalina, la hormona de la excitación. Una estimulación que se produce en todos los niveles, también en el sexual. Tal vez por ello la lencería más erótica siga siendo en rojo pasión... Estimula la actividad mental, la concentración, la energía y la vitalidad. Llevar prendas de color rojo infunde seguridad y confianza, aunque también puede fomentar cierta agresividad.
Azul: calma y relajación
El color del cielo y del mar es también uno de los tonos más relajantes que existen. Simboliza la verdad, la paz, la calma, así que vestirlo o rodearte de él en casa predispone a dejar atrás enfados y tensiones. En tonos claros, puede resultar excesivamente relajante (lo cual es perfecto para dormitorios, pero no para salir de fiesta), mientras que en tonos más intensos es el contrapunto perfecto para colores más calientes
Verde: serenidad y armonía
Es un color muy positivo, que además de relajante actúa como nexo con las emociones internas. Transmite paz y serenidad y simboliza la esperanza. Es un color perfecto para llevar en días revueltos. A nivel físico, el verde parece ayudar a calmar la tensión al reducir el ritmo cardíaco, e incluso puede aliviar dolores de cabeza. Los tonos musgo, combinados con otros tonos ecológicos como el beige, ayudan a pacificar la mente.
Blanco: pureza e inocencia
Símbolo de las novias y los bebés, es el color de la paz, la pureza y la inocencia, valores que se transmiten a través de la ropa. Luminoso y fresco, también se asocia con la transparencia y la sinceridad, por lo que es un buen color para convencer en una reunión. Combínalo con el negro para no perder autoridad.
Gris: orden y respeto
Si sientes que has perdido la autoridad, el gris es tu color. Se asocia al respeto, el orden, el equilibrio y la elegancia, y potencia la faceta intelectual. Es mejor que no lo elijas si te sientes abatida, porque le falta energía.
Violeta: misterio e intuición
El púrpura en cualquiera de sus tonos se asocia al misterio, a la intuición, pero también a las dobles intenciones. Es uno de los tonos que más actúa sobre el estado de ánimo, reduciendo la angustia o los miedos y aumentando la confianza en una misma.
Negro: estilo y poder
Símbolo de la noche y la oscuridad, se asocia a la solemnidad, al poder, al misterio y al respeto. Realza la sensualidad y otorga estilo, tanto en ropa como en decoración, aunque no conviene abusar de él para no caer en la irritabilidad o la arrogancia. Extremadamente sensual, el poderoso negro es también el tono perfecto para la lencería erótica.
Fuente: http://ateliermujer.com/salud/que_color_mejora_tu_estado_de_animo
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