Las hierbas han sido desde siempre remedios medicinales capaces de solucionar molestias y pequeñas enfermedades. En invierno, cuando las defensas bajan y aparecen las gripes y los resfriados, muchas hierbas curativas pueden ayudarnos a aliviar los síntomas. Aquí tienes tu guía práctica de fitoterapia para este invierno.

Sauce blanco

Base vegetal de uno de los fármacos más consumidos del mundo, la aspirina, como ella tiene propiedades antitérmicas y analgésicas, aunque tiene una ventaja adicional: no irrita el estómago. En las herboristerías podrán prepararte una mezcla con otras hierbas, como el tomillo y el saúco, con el que preparar una infusión para beber en casos de fiebre.

Si el frío afecta tus articulaciones, y sientes dolor o molestias, el sauce blanco también puede ayudarte. Tómala en tisana o infusión tres o cuatro veces al día. Puedes utilizar una cucharada de miel o un poco de anís estrellado para endulzarla un poco, ya que el sauce blanco tiene un sabor algo amargo.

Como todos los principios activos, las hierbas tienen también contraindicaciones. El sauce blanco, por ejemplo, no se recomienda si tienes problemas gastrointestinales, si estás embarazada o si das el pecho. Pregunta en tu herboristería.

Abeto

Seguro que lo has notado por ti misma. Respirar el fresco aroma que desprenden los abetos en pleno invierno ayuda a respirar mejor. Y ésa es su gran propiedad curativa, la balsámica, que ayuda a descongestionar las vías respiratorias.

Habitualmente se utilizan los brotes de abeto para preparar infusiones y tisanas, solas o en compañía de tras hierbas descongestionantes como el llantén, y se toman tres o cuatro tazas al día, bien calientes, para aprovechar sus virtudes a la hora de aliviar gripes, resfriados, faringitis e incluso bronquitis.

Los brotes de abeto también son efectivos tomados en vahos calientes, baños de vapor que debes aspirar con una toalla alrededor de la cabeza para facilitar la entrada del aire en las fosas nasales. Una cucharada sopera de brotes de abeto con unas hojas de eucalipto por cada litro de agua serán suficientes para calmar la congestión más persistente.

Hisopo

El aceite esencial de hisopo, de venta en herboristerías, es un gran descongestivo. Aplícalo directamente sobre el pecho, dando un suave masaje, para aliviar catarros y resfriados con mucosidad en las vías respiratorias bajas.

En infusión, el hisopo se mezcla con pino silvestre y amapola para aliviar la congestión de los bronquios. En tu herboristería te prepararán la mezcla más adecuada para cada caso.

Malva

Una planta sencilla que esconde un remedio muy eficaz para aliviar la inflamación de las vías respiratorias en casos de gripe o resfriado, ya que ofrece poderosos efectos mucolíticos y antitusivos.

Una infusión de malva, combinada con regaliz o anís verde, ayuda a eliminar el exceso de mucosidad, alivia la tos, suaviza la garganta y permite liberar las fosas nasales, facilitando la respiración.

Hibisco

Excepcional fuente de vitamina C, la infusión de flores de hibisco es una manera saludable y muy agradable de aumentar las defensas frente al frío. Si en verano es una bebida refrescante, en invierno su poder diurético y antiséptico ayuda a mitigar las irritaciones de garganta y tiene un efecto protector sobre las mucosas respiratorias. Por si fuera poco, el hibisco también ayuda a calmar estados de ansiedad y permite conciliar mejor el sueño.

Lavanda

Uno de los calmantes naturales más poderosos, gracias a su aceite esencial, rico en alcanfor y flavonoides. Masajeado sobre la piel o añadido al agua caliente del baño, el aceite esencial de lavanda logra calmar los estados de ansiedad provocados por el estrés, e incluso los dolores asociados a malos hábitos posturales.

La lavanda seca, lista para ser preparada como infusión, resulta muy eficaz para combatir la hinchazón abdominal, sobre todo si en la herboristería te preparan una mezcla que también tenga melisa y boldo, por ejemplo.

Regaliz

Su principal sustancia activa, la glicirricina, es la que permite que su delicioso sabor no sólo sirva como edulcorante natural, sino también para ser usado como expectorante. La glicirricina tiene una suave acción antiinflamatoria, lo que protege las mucosas del aparato respiratorio, calmando los ataques de tos. Pide en tu herboristería que te preparen una mezcla de regaliz con otras plantas calmantes, como la amapola o el tusílago, y hazte una infusión para tomar tres o cuatro veces al día.

Por si esto fuera poco, el regaliz actúa como un antibiótico natural, protegiendo al organismo del ataque de virus y bacterias. Sin embargo, no conviene a todo el mundo. Por ejemplo, si tienes la presión arterial elevada o tienes tendencia a retener líquidos, no te conviene consumirla. Consulta siempre en tu herboristería.

Mirto

Las hojas de mirto contienen sustancias antisépticas y descongestionantes de las vías respiratorias. Combinado con otras plantas balsámicas para estas mucosas, como el eucalipto, obtendrás una infusión perfecta para aliviar la congestión pulmonar. Los vahos también resultan muy efectivos para aliviar las vías respiratorias altas, taponadas por un exceso de mucosidad.

Fuente: http://ateliermujer.com/salud/fitoterapia_las_hierbas_que_curan